Anamarga: Arte y Pasión en Movimiento
Ana María García, conocida artísticamente como «Anamarga», nace en Castro del Río, en pleno corazón de la campiña cordobesa, rodeada de olivos que impregnan su arte con el aroma y la esencia de la tierra. Sexta entre ocho hermanos varones, Anamarga crece en el seno de una familia humilde, donde, aunque las necesidades básicas siempre estuvieron satisfechas, todos los hijos tuvieron que trabajar desde temprana edad, combinando el esfuerzo del trabajo con la dedicación a los estudios. Su padre, Cristóbal, albañil de oficio, y su madre, Ana, limpiadora y dedicada ama de casa, fueron pilares fundamentales en su vida.
Los primeros compases del flamenco se gestaron en el alma de Anamarga como una fuerza imparable, similar a un latido que no cesa. Fue en los años noventa cuando comenzó a dar sus primeros pasos en este arte, con el taconeo resonando en su interior, mientras se formaba en las escuelas de baile de la región, simultáneamente a sus estudios de Técnico Administrativo. Su primera maestra, Mariló Regidor, fue quien la guió en esos inicios. Posteriormente, Anamarga se trasladó a Sevilla para estudiar con la legendaria Matilde Coral, empapándose durante años de su maestría.
Tras esta etapa, volvió a Córdoba para seguir aprendiendo bajo la tutela del gran Javier Latorre, de quien absorbió la riqueza del flamenco clásico, y muchas otras facetas que definen su arte. También estudió con María «La Chata», de quien Anamarga confiesa haber aprendido la magia coreográfica que tanto la apasiona. Su viaje por el flamenco la llevó de vuelta a Sevilla, donde siguió perfeccionando su técnica con maestros de renombre como Pilar Ortega, Manolo Marín, Manuel Betanzo, Juan Polvillo, Manuela Ríos, Pastora Galván, Rafael Esteve, Nani y Álvaro Paños, Daniel Navarro, Rafaela Carrasco, Ángel Muñoz, Lupi, Concha Jareño y Antonio Canales.
Paralelamente, Anamarga viajaba a Madrid para recibir clases en el icónico centro Amor de Dios, donde continuaba su formación con diversos profesores, consolidando el conocimiento del flamenco en todas sus dimensiones.
El arte de Anamarga fluye como una corriente inagotable, llena de sensualidad y lirismo, derramándose a lo largo del año en festivales, peñas y teatros, donde su forma única de braceo y sus manos llameantes se despliegan como un lenguaje propio. En cada uno de sus movimientos late la esencia profunda del flamenco, pero su inquietud artística la ha llevado más allá, seducida por otros ritmos y corrientes. Así, ha enriquecido su baile con la elegancia de la danza clásica y española, e incluso ha dejado que el tango argentino y la danza contemporánea coloreen el abanico majestuoso de su arte, dotándolo de una riqueza única y diversa.
Inquieta, creativa y llena de temperamento, Anamarga no se ha conformado con ser parte del arte: ha sido creadora. Ha puesto en marcha sus propios espectáculos, rodeándose de elencos de artistas de gran talento, reflejo de su visión y capacidad para reinventarse.
Su versatilidad también la llevó al cine, donde trabajó como extra en una película de Carlos Saura, años después participó en el documental Sueña Conmigo del director Antonio Asenjo, gracias a este proyecto la bailaora tuvo un espacio en la Bienal de Sevilla del 2016. Fue bailarina del Ballet Flamenco de Andalucía bajo la dirección de la legendaria Cristina Hoyos.
Su primer espectáculo, “La voz soñada”, ocupa un lugar muy especial en su corazón. Este proyecto nació como un encargo de su paisana Antonia Martos, secretaria de la Mujer en Comisiones Obreras de Andalucía, para la presentación del libro Miradas de mujer. En él, Anamarga se sumergió en el testimonio de mujeres valientes, aquellas que arriesgaron su vida en la lucha por los derechos, la cultura, la política y, sobre todo, la dignidad femenina. La bailaora reconoce que este trabajo no solo marcó su carrera, sino que también dejó una huella profunda en su propia personalidad, transformándola como artista y como mujer.
Anamarga bailó con la orquesta de Huelva en la Casa Colón de la ciudad para la celebración de la capitalidad de la ciudad junto a la cantaora Argentina, espectáculo dirigido por Paco Navarro.
Participó en dos ediciones de la Noche Blanca del Flamenco de Córdoba 2011 y 2013.
El arte de Anamarga ha trazado una trayectoria rica y diversa, donde cada espectáculo es una expresión singular de su alma creativa. En «A tecla y tacón», como una suave caricia entre la pasión del flamenco y el susurro del tango argentino, muestra su habilidad para fusionar mundos.
«Con el mecer de tus ramas», junto al flautista Sergio de López, surge como una conversación íntima entre los sonidos del viento y el taconeo flamenco, con este espectáculo inauguró la feria de muestras “Arsolea” de Castro del Río.
En el Festival de Jerez de 2016, Anamarga presentó «Oju que arte de mercao», uno de los espectáculos más elogiados en el vigésimo aniversario del evento, destacándose también en el programa Maestros y Jóvenes, donde su baile brilló junto a maestros del flamenco.
Además, ha sido repetidora en este festival, colaborando estrechamente con el coreógrafo Javier Latorre, absorbiendo y compartiendo la sabiduría de su arte.
Su creatividad no conoce fronteras. «Báilame y deja que te mire» y «La luz que siempre inspira», este último un homenaje al pintor Julio Romero de Torres y encargado por el Museo de Bellas Artes de Córdoba, reflejan la profundidad de su visión artística.
Con el director Vicente Úbeda, creó «Una mujer en la sombra», y con «Cal Blanca», su carrera recibió un impulso considerable, marcando un antes y un después en su trayectoria.
Su talento no se detiene en la interpretación; también ha dirigido espectáculos como «Flamencas», producido por Dollors Vallespí, y ha sido bailarina en «La reina de la alegría», un espectáculo protagonizado y producido por la bailaora María del Mar Ramírez, bajo la dirección del reconocido coreógrafo Javier Latorre. Como directora de las Jornadas Tacón y Jaleos, celebradas en Castro del Río, su pueblo natal, Anamarga ha dejado una huella indeleble en la escena flamenca, organizando cuatro ediciones que han sido aclamadas por críticos y público.
El año 2024 ha visto a la bailaora coreografiar el espectáculo «Lorkeando», en colaboración con la cantante de jazz May López, propietaria de este espectáculo, un proyecto donde la poesía lorquiana se entrelaza con los acordes del flamenco y el jazz. Ha impartido cursos dentro y fuera de España, destacándose especialmente en países como Letonia, Estonia, Bélgica e Italia,Bayonna “Francia” donde su enseñanza ha despertado gran interés por el flamenco.
A lo largo de su carrera, Anamarga ha compartido escenario con algunos de los grandes nombres del flamenco: Enrique Morente, Fosforito, José Menese, Argentina, Alfredo Tejada, Vicente Gelo, El Curry, Rosi Navarro «La Divi», Mónica Mata, Miguel Ortega, Miguel Ángel Carmona, El Cabrero, El Pele, Esperanza Fernández, Arcángel, Pedro el Granaíno, David Palomar, José Mercé, Laura Vital, Antonio Reyes, Rancapino, Jesús Majuelos, José Luis Medina, Luis Medina, El Tomate, Juan Antonio, Angel Andres, entre otros. Llevando el nombre de su tierra, Córdoba, y de su pueblo, Castro del Río, a escenarios internacionales y prestigiosos festivales, entre ellos Fitur agradeciendo a su paisana Carmen Gómez que confiara en ella para representar Córdoba en una feria tan importante.
Su último trabajo ha sido nuevamente en colaboración con el Museo de Bellas Artes de Córdoba, donde rendió homenaje a Julio Romero de Torres en un proyecto especial. Al mismo tiempo, está inmersa en la producción de su nuevo espectáculo, el cual espera estrenar próximamente, y que, sin duda, mostrará una vez más la fuerza creativa que arde en el corazón de Anamarga.